jueves, 30 de mayo de 2013

Diabetes y ovario poliquístico

Dra. Karla Yalilé Vázquez León
Médico General
Educadora en Diabetes

El estrógeno y la progesterona son hormonas femeninas producidas por los ovarios. Estas hormonas hacen que se produzcan los ciclos menstruales cada mes; además, ayudan a que los óvulos se conviertan en folículos antes de que se libere y traslade hasta la trompa de Falopio. Los ovarios también producen pequeñas cantidades de una hormona llamada testosterona, la cual es la hormona sexual predominante masculina.

El ovario poliquístico es una afección caracterizada por  la proliferación de un gran número de folículos que incrementan la cantidad de secreción de testosterona; niveles anormalmente altos de este andrógeno pueden provocar infertilidad, menstruación irregular, crecimiento excesivo del vello facial y corporal, acné y quistes ováricos, además de aumento o fluctuación del peso, lo cual lo relaciona directamente con el riesgo de dislipidemia, hipertensión y diabetes mellitus tipo 2 secundaria a una resistencia a la insulina inicialmente y un hiperinsulinismo que a su vez estimula la acumulación de grasas, altera el metabolismo de las lipoproteínas y el colesterol, de igual manera, eleva la producción de andrógenos, lo que lo vuelve un círculo vicioso.

Las mujeres con ovarios poliquísticos especialmente  en edad fértil, tienen por lo general, buena respuesta al control hormonal, la terapia clásica para los síntomas del hiperandrogenismo (acné e hirsutismo) es suprimir la producción de testosterona del ovario por medio de anticonceptivos orales (estrógeno y progesterona), lo que promueve el proceso de ovulación. La infertilidad es generalmente tratada exitosamente a través de una dieta equilibrada, ejercicio y control del peso aunado a la terapia con metformina, pues esto eleva las oportunidades de ovulación espontánea.
Las mujeres con ovario poliquístico tienen mayor tendencia a la diabetes gestacional y al desarrollo de intolerancia a la glucosa durante el embarazo, por lo que deben de tener un control estricto de los niveles de glucosa desde el inicio y nuevamente entre las 26 y 28 semanas de gestación.

Es por ello que ante cualquier síntoma que presentes debes acudir con tu médico para que te dé un tratamiento adecuado.


jueves, 16 de mayo de 2013

Beneficioso el Automonitoreo

Por: Dr. José Rodríguez Uribe
Especialista en Medicina Interna –Educador en Diabetes.
Centro para la Atención de la Persona con Diabetes

El nivel de glucosa cambia durante el día, por tal razón es necesario conocer en situaciones muy especiales cuál es nuestro nivel de glucosa para poder definir un plan de acción y tratamiento.

De tal manera, vigilar más estrechamente la cantidad de glucosa que tenemos en sangre nos permitirá tener un mejor control de la diabetes.

Es necesario mencionar que quienes viven con diabetes podrán hacer diferentes pruebas en sangre así como en orina, pero aquellas que pueden en determinado momento definir una conducta y un plan a seguir, incluso de supervivencia, son las pruebas que se realizan en sangre por medio del automonitoreo.

Son muchos los factores que participan en el cambio de los niveles de glucosa en sangre durante el día (alimentación, cantidad de la misma, variedad, ejercicio, enfermedades agregadas a la diabetes, estrés, entre otros).

Sabemos ya que los niveles óptimos de glucosa en la persona con diabetes son entre 70 y 100 mg/dl. Pero debemos mencionar que antes de los alimentos (preprandial), las cifras que pueden considerarse como adecuadas son 80 mg o menos, que una hora después no debe de rebasar los 140 mg y dos horas después (postprandial) debe de ser menor a 120 mg.

Si además consideramos horarios de madrugada, pensaremos que entre la una y las tres de la mañana las cifras óptimas son de 80 mg. Esto ayudará a tener un buen control, pero ¿cuántas veces al día debemos realizar el automonitoreo?

Esto es variable, depende del grado de control o de otros factores como la disposición del material para hacerlo, entre otros. Debemos recordar que el monitoreo podrá realizarse varias veces a la semana y que no siempre se hace antes del desayuno.

El automonitoreo deberá llevarse a cabo en diferentes momentos para permitir observar el comportamiento de los niveles de glucosa en sangre y así identificar qué factores participan en su control, o cuáles fueron las causas que produjeron descontrol de la glucosa.

 Si tomamos las pruebas en sangre, debemos pensar que es necesario tener el equipo adecuado para realizarlas, esto incluye un pedazo pequeño de algodón o un trapo limpio, además algo de alcohol, una lanceta o aguja limpia (estéril) y nuestra tira reactiva (hay muchas marcas y tamaños).

 Es útil recordar que cada tira reactiva tiene diferentes indicaciones en cuanto al tiempo para la ejecución de la prueba, así como diferentes pasos a seguir, de tal manera, hacerlo inadecuadamente podría arrojar un resultado erróneo. Al realizar la prueba en sangre y dar un piquete en el dedo, debemos limpiarlo muy bien y tendremos que asegurarnos de que no queden restos de alcohol.

El piquete siempre debe hacerse en los bordes de los dedos, principalmente de los que menos se utilizan, pues si bien generalmente produce dolor y sangrado leves, en ocasiones la molestia del piquete puede persistir por varios días y para algunas personas (especialmente niños) puede ser muy incómodo.

 Debe recordarse que puede hacerse la punción en un dedo limpio, sin tener que poner alcohol en el mismo, y limpiándolo después del piquete. La gota de sangre debe caer bien sobre la superficie de la tira reactiva. De esta forma la reacción química que se presenta se realizará sin alteración.

Hay muchas marcas de tiras reactivas, cada una tiene diferentes características, costos y puedes consultar los resultados en el mismo envase. Recuerda, el buen control de la diabetes depende de ti.