martes, 24 de julio de 2012

¡Miénteme pero cúrame!

Por: Mariana Gómez Hoyos, Educadora en Diabetes, vive con diabetes tipo 1

 Hay muchos mitos en torno al uso de insulina: “que si te deja ciego”, “que si es porque ya te vas a morir”, “que si me vuelvo adicto”. Pero nada de esto es cierto; aquí te contamos cual es la verdad del uso de insulina, primordial en el tratamiento de diabetes. Recordemos: que la insulina la produce nuestro organismo y cuando esta ya no es eficiente la diabetes se hace presente.

En diabetes tipo 1 el cuerpo no produce insulina por lo tanto la insulina sintética se utiliza desde un inicio; mientras que en la diabetes tipo 2 dependerá del progreso de la enfermedad. Recordemos que la que produce nuestro cuerpo comienza a ser ineficiente y por esta razón el doctor recomienda el uso de insulina análoga.

  Mito 1: El último recurso

Muchos creen que la insulina sólo se receta cuando ya se está muy grave o en las “últimas”. Este es un mito muy común. La verdadera historia es que la insulina puede utilizarse desde el inicio en el tratamiento para la diabetes tipo 2.

La Secretaría de Salud ha hecho gran hincapié en la “insulinización oportuna” en personas con esta condición. Gracias a numerosos estudios, hoy sabemos que el tratamiento con insulina es la mejor forma de regular los niveles de glucosa en sangre y por lo tanto ayuda a evitar complicaciones.

Los médicos primero intentan normalizar los niveles de glucosa en sangre con cambios en el estilo de vida y medicamentos orales. Cuando los medicamentos ya no funcionan de la forma adecuada, es el momento de complementar con insulina para mejorar el control de glucosa y así tener una excelente calidad de vida. En personas con diabetes tipo 1 la insulina es el medicamento que los mantiene con vida.

  Mito 2: La insulina oscurece tu vida

Seguramente por ahí escuchaste que “el pariente o vecino de alguien quedó ciego por utilizar insulina”. Muchas personas, al no saber que tienen niveles muy altos de glucosa comienzan a presentar complicaciones en ojos, nervios y extremidades. Cuando consultan al médico, estas personas ya han tenido diabetes durante muchos años y no han recibido tratamiento alguno. Al iniciar con una terapia con insulina el control mejora pero sin duda comenzarán a hacerse visibles esas complicaciones que no se habían detectado.

El buen control de la glucosa en sangre detiene o previene la presentación de las complicaciones. Al agregar insulina al tratamiento, se puede mejorar el control de forma tal que se presente el menor número posible de daños al organismo.

  Mito 3: La insulina humana y el páncreas del muerto 

Veamos. Seguramente sería muy complicado extraer insulina de una persona que ya ha fallecido para luego procesarla, envasarla y venderla… ¿cierto? La insulina humana se conoce así porque es una “réplica” de la insulina creada por el mismo cuerpo.

Esta insulina se obtiene a través de bacterias y levaduras que son sometidas a procesos químicos e ingeniería genética. Pero aún si la insulina proviniera de alguien que ya no vive entre nosotros y pudiéramos utilizarla sería algo muy útil. Piensa en la donación de órganos. Seguro sería algo parecido.

  Mito 4: La insulina nos hace drogadictos

¿Te imaginas cuántos adictos habría en el mundo? ¡Todos producimos insulina! La insulina no ocasiona adicción de ninguna forma.

El páncreas saludable produce cantidades variables de insulina para cubrir las elevaciones normales de glucosa durante el día (ocasionadas por los alimentos, el estrés y otros factores). Hay que recordar que la aplicación de insulina, así como la toma de muchos otros medicamentos, debe seguir un plan, es decir, un horario y una cantidad determinado por el médico.

Para algunas personas con diabetes tipo 2, la insulina es un tratamiento temporal, por ejemplo, pueden necesitarla únicamente cuando son diagnosticados o cuando están en el hospital. Una vez que los niveles de glucosa en sangre de una persona están bajo control, es posible reducir la dosis o incluso eliminar la insulina del tratamiento. Perder peso también puede ayudar a reducir la necesidad de insulina del organismo.

  Mito 5: ¡Ay que me sube y me baja! 

Bueno, recuerda que el objetivo del tratamiento con insulina es ayudarte a normalizar tus niveles de glucosa en sangre. Para conseguir este objetivo es importante que lleves un buen registro de estos niveles para que poco a poco ajustes la dosis para satisfacer tus requerimientos personales.

El exceso de insulina puede llevarte a una hipoglucemia pero si te acercas a tu equipo de profesionales al cuidado de la salud para analizar tus tendencias de glucosa en sangre, podrás tener una dosis adecuada para tu estilo de vida. Si de insulina se trata existen muchos mitos.

Te recomendamos acercarte a tu médico o educador en diabetes cuando tengas duda sobre algún aspecto de tu tratamiento. No te dejes engañar por rumores y no abandones nunca el tratamiento que te ha prescrito tu equipo al cuidado de la salud. Recuerda que: la información es poder. Entre más sepas estarás menos propenso a caer en las manos de la mala información.

martes, 17 de julio de 2012

Realidades y Mitos del ejercicio


Por Área de Comunicación FMD

En este texto encontrarás mitos y realidades sobre el ejercicio. Recuerda contactar a tu equipo de profesionales de la salud antes de iniciar con cualquier rutina.

Realidades:

El ejercicio ayuda a mejorar los niveles de glucosa: está demostrado que el ejercicio cardiovascular impacta en los niveles de glucosa. Pero cuidado si no revisas tus niveles antes de hacer ejercicio puedes ocasionar complicaciones, si estás por debajo de 70 mg/dl lo mejor es que consumas una colación que aporte 15 g de hidratos. 

Si estás por arriba de 250 mg/dl lo mejor es que no realices actividad hasta que bajes tus niveles.
El ejercicio es uno de los pilares para una vida sin complicaciones: recuerda que la actividad física y una alimentación adecuada ayuda a tener un control sobre tu peso, esto provoca que la insulina que genera tu cuerpo o la que te inyectas sea mejor aprovechada, por lo tanto ayuda a que las complicaciones asociadas con la diabetes tengan un retraso en su aparición.

Ejercicio aeróbico vs. Ejercicio anaeróbico:

Son dos modalidades diferentes el primero es el que requiere de gran oxigenación para poder realizarlo es el ejercicio que tiene una duración de más de 15 minutos por ejemplo: correr distancias largas, caminar rápido, hacer bicicleta. Por otra parte el ejercicio anaeróbico es el que comprende de actividades breves que se basan en la fuerza física como: levantamiento de peso, carreras cortas de velocidad.

Mitos:

Toda actividad física es ejercicio: Si bien es bueno que tengamos mucha actividad física esto no significa que se esté realizando ejercicio. El ejercicio por definición es aquella actividad con movimiento corporal repetitivo, planeado y estructurado para mejorar o mantener nuestro estado o bienestar físico.

Si uso fajas o chalecos para sudar más bajaré más rápido de peso: Esto es muy frecuente en todas las  personas creen que al sudar se pierde peso. Lo que se pierde es agua no grasa. Por lo tanto no quemas grasa si sudas más, de hecho corres el riesgo de deshidratarte.

La mejor forma de hidratarme para realizar ejercicio es con bebidas isotónicas: Esto no es cierto, las bebidas energetizantes o isotónicas tienen mucha azúcar, por lo tanto para una persona que vive con diabetes no son la mejor opción. La mejor forma de hidratarte es, y siempre será el agua natural. 

Aunque bien es cierto que estas bebidas isotónicas tienen electrolitos que ayudan a hidratarte de mejor forma durante el ejercicio tú puedes realizar un suero a base de agua natural, limón y edulcorante artificial.

El ejercicio es uno de los pilares para tener una vida saludable, antes de practicar cualquier tipo de ejercicio acude con un especialista para que te indique cual es el más adecuado para ti. 

En los días de enfermedad mantente activo sin excederte camina seguramente esto te ayudará a sentirte ligeramente mejor.

martes, 10 de julio de 2012

Debut sin despedida


¿Tú hijo acaba de debutar en diabetes? No te despidas de una buena calidad de vida y apóyalo desde ahora con las siguientes recomendaciones.

Por Dr. Marco Villalvazo Molho
Nutrición clínica y terapéutica en obesidad.
Educador en Diabetes certificado

Llegó a la familia

Imagina que conduces tu auto en una transitada carretera; es una noche lluviosa de viernes, te diriges a tu casa después de un día de trabajo y dispuesto a disfrutar con tus seres amados todo el fin de semana. 

De repente sientes que el volante del auto no te responde: lo mueves para uno y otro lado y sigue de frente sin obedecerte. ¿Qué sensaciones de miedo, incertidumbre y angustia te invadirían al perder el control de tu vehículo? Ahora imagina la misma escena, pero en lugar de que te falle el volante del auto, te llaman por teléfono para decirte que tu pequeño hijo tiene diabetes. Piensa en ese momento con todas sus emociones.

“Apenas ayer, mi vida y la de mi familia era todo tranquilidad, pero hoy me dicen, así nada más, que mi hijo de cinco años tiene una enfermedad incurable. Estoy destrozado. No es justo, ¿qué voy a hacer?, pobrecito, ¿qué va a ser de su vida?, todo se acabó. ¿Es posible que el diagnóstico esté equivocado?...”

Estas palabras se dicen una y otra vez los padres de un niño o adolescente recién diagnosticado con diabetes tipo 1. 
Es el debut en sociedad de una familia con diabetes, pues el nuevo paciente generará cambios importantes en la dinámica familiar y de estos cambios depende en gran medida el buen control. 

A partir de ahora, la familia deberá…
Respetar los horarios de los alimentos.
Modificar el tipo de alimentos comprados en el supermercado.
Enseñar pacientemente el uso del monitor de glucosa.
Aprender cómo tratar una baja de glucosa o hipoglucemia.
Asistir con él a consulta médica, con el licenciado en nutrición o con el educador en diabetes.
Brindar su apoyo con amor, pero no consentirlo más que a otro miembro de la familia.
Darle libertad, pero siempre supervisarlo.
Dejar de preocuparse por el futuro y actuar hoy.

¿El fin del mundo?

Ante el debut, los pacientes –por lo general niños o adolescentes– tienen poca o ninguna experiencia en esta condición de vida, por lo que no saben de entrada qué sucede y sufren al ver la gran angustia y ansiedad de sus padres, los cuales llevan la carga emocional más importante, ya que experimentan: 

·         Dudas sobre un diagnóstico acertado.
·         Angustia sobre el futuro de su hijo.
·         Culpa por pensar que hicieron algo incorrecto.
·         La ansiedad por los cambios en las rutinas de vida.
·         Incertidumbre sobre la capacidad para realizar los cambios necesarios.
·         Agobio económico por los gastos no planeados.
·         Comentarios, a veces poco favorables, de familiares y amigos.
·         Desesperanza al sentir lo injusto de la vida.

Esta nueva realidad provoca en el joven con diabetes, y sobre todo en sus padres, miedos y dudas acompañados por sentimientos que van desde una ligera ansiedad hasta una profunda depresión, pasando por compasión, angustia, tristeza, rabia, incertidumbre, etc., según la percepción de cada quien. Sin duda, la vida del niño o adolescente y su familia no será igual después del diagnóstico.

En circunstancias ideales, la información adecuada va fluyendo poco a poco y la calma llega. El camino emprendido desde el debut de la diabetes es sin duda largo, difícil y doloroso, pero necesario para aceptar esta nueva realidad en la vida familiar. Esto permite implementar los cambios necesarios para lograr lo más pronto posible un buen control, evitando o retrasando así que las complicaciones agudas y crónicas se presenten;  además de permitir el crecimiento y desarrollo normal del enfermo. 

Al final del debut, la diabetes toma su justa dimensión, no es algo sin importancia, pero tampoco es el fin del mundo.

Como padre, debes:
1
Saber de qué tipo de diabetes se trata.
2
Informar personalmente a sus maestros en la escuela sobre la nueva realidad.
3
Poner al tanto a sus amigos para que ofrezcan su apoyo.
4
Perder el miedo a la insulina.
5
Conocer cuáles son los tipos de alimentos más convenientes y, sobre todo, los hidratos de carbono, ya que estos elevan con mayor rapidez la glucosa en sangre.
6
Buscar apoyo en tu médico, educador en diabetes, asociaciones, etc.
7
Participar en grupos de padres que ya pasaron por este debut.
8
Aprender sobre las herramientas para el control.
9
Saber cuáles son los niveles normales de glucosa.
Información de sobrevivencia
10
Conocer y reconocer las complicaciones agudas.
11
Volverse experto en el monitoreo de glucosa.
12
Saber qué hacer en caso de hipoglucemia (bajo nivel de glucosa).
13
Tratarlo como a los demás hijos.
14
Procurar que los nuevos hábitos de vida y alimentación sean para toda la familia.
15
Ser el apoyo fundamental de tu hijo.
16
Vivir con esperanza. No permitir que esta nueva realidad les impida a ti y a tu familia disfrutar plenamente cada momento de la vida.

Iniciados en diabetes

Preguntas frecuentes

“¿Por qué yo?”

A diferencia de la diabetes tipo 2, la diabetes tipo 1 no se desencadena por comer muchos dulces o azúcar, por tener sobrepeso u obesidad o por no hacer ejercicio. No tiene que ver con tu estilo de vida o el de tu familia. Aún no se sabe a ciencia cierta la causa de esta enfermedad.

“¿Podré tener hijos?, ¿ir a la escuela?, ¿jugar futbol?, ¿comer lo que me gusta?, etc.”

Tomando las precauciones necesarias y con la asesoría adecuada se podrá y deberá llevar una vida como la de cualquier persona sana.

“¿Cuál es el tratamiento más conveniente?”

El tratamiento te lo dará tu médico apoyado en tu educador en diabetes y licenciado en nutrición. Consiste en inyecciones de insulina (nada dolorosas) y una alimentación adecuada. Pero sin duda recibir educación en diabetes les permitirá a ti y a tu familia tomar decisiones informadas. La educación terapéutica los ayudará a que mejoren sus actitudes hacia la diabetes y desarrollen sus habilidades de automonitoreo, aplicación de insulina, etc. Esto ayudará a alcanzar un buen control glucémico y metabólico, y el respectivo retraso de las complicaciones.

“¿Qué debo aprender?”

 Cómo aplicar la insulina y su frecuencia.
Medición de niveles de glucosa y uso de sus resultados.
Sobre tipo, cantidad y horarios de los alimentos.
Aspectos a revisar antes, durante y después de practicar deporte.
Cómo vivir plenamente con nuestra nueva compañera de vida.

“¿Se cura la diabetes?”

No, la diabetes no se cura, pero existen los conocimientos necesarios sobre la enfermedad y las medicinas para mantenerla bajo control. En el mundo, se están desarrollando interesantes investigaciones que nos dan esperanza en torno a la cura; lo mejor de todo es que si ésta llega en un futuro cercano, tú estarás en condiciones excelentes para aprovecharla.

“¿Se contagia?”

No, la diabetes no tiene ninguna forma de contagio.

“¿Podré ir a la escuela?”

Claro que sí, tener diabetes tipo 1 no debe impedir ninguna actividad. Tendrás que convertirte junto con tu familia en unos expertos en el control de la diabetes para que enseñen a tus profesores o compañeros qué hacer ante determinadas complicaciones.

“¿Son mis padres culpables?”

No es culpa de nadie. La diabetes tipo 1 no es prevenible de ninguna forma. Ayúdalos a que no se sientan culpables y que dejen ir lo antes posible ese sentimiento que corroe el alma.

“¿Qué es luna de miel?”

Es un periodo transitorio de remisión de la hiperglucemia: es cuando después del diagnóstico de la enfermedad, los niveles de glucosa vuelven por sí solos a lo normal. Puede suceder de uno a tres meses después del diagnóstico y durar hasta dos años, volviendo después a presentarse.

Referencias

Villalvazo Molho (2005). Como un rayo que te parte el alma (El duelo en la diabetes). Revista Diabetes Hoy. No. 14, marzo-abril. Págs. 32 a 37.

 Lectura recomendada

Dupeirón, Odin. (2005)Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado., Edit. Diana, México.

martes, 3 de julio de 2012

¿Podemos prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2?


¿Qué es diabetes?

Como seguramente ya sabes, la diabetes es una condición en la que los niveles de glucosa (azúcar) en sangre se encuentran fuera de rangos normales (elevados) ya que el propio cuerpo no puede utilizarla de forma adecuada. Lo anterior puede deberse a:

·  Falla total en la producción de insulina: característica principal de la diabetes tipo 1
·  Defecto o producción insuficiente de insulina: característica principal de la diabetes tipo 2

Al no haber insulina o ser esta suficiente la glucosa no puede entrar a las células para proveerlas de energía.

Según datos publicados por la Federación Internacional de Diabetes, podemos resumir que la diabetes se reconoce como un conjunto de trastornos heterogéneos que tienen como elementos comunes la hiperglucemia (denominación para niveles elevados de glucosa en sangre) y la intolerancia a la glucosa (defecto o deterioro en la utilización de insuliina) debidos a una deficiencia de insulina, a la alteración de la efectividad de la acción de la insulina o a ambas cosa.

Existen varios tipos de diabetes, sin embargo los clasificamos para fines prácticos en cuatro grandes grupos. A pesar de que todos estos tipos de diabetes presentan grandes similitudes entre sí, el tratamiento para atenderlas resulta con frecuencia muy distinto debido a las características de cada uno de estos tipos de diabetes. A continuación te presentamos algunas diferencias y similitudes entre estos grupos.

Las 4 principales clasificaciones
Diabetes tipo 1
En los más jóvenes
Diabetes tipo 2
Factores ambientales
Cuando se presenta la diabetes tipo 1, el cuerpo destruye las células beta (más de 50%), encargadas de producir la hormona insulina. Digamos que el cuerpo confunde a las células con un enemigo y las elimina, acabando así con nuestro arsenal de insulina. La insulina ayuda a que el cuerpo utilice la energía que nos proporcionan los alimentos. El único tratamiento hasta el momento es a base de inyecciones de insulina para utilizar de forma adecuada la glucosa. Este tipo de diabetes lo presentan con mayor frecuencia los niños y los adolescentes (90% de los casos en los más jóvenes), aunque no se restringe únicamente a ellos. A este tipo corresponden menos de 5% de los casos de diabetes. Cifras recientes de la Federación Internacional de Diabetes indican que al menos 200 niños en todo el mundo contraen diabetes diariamente y se estima que hoy día en el planeta hay 440 mil niños viviendo con diabetes tipo 1.
Este tipo de diabetes se presenta cuando el organismo todavía produce su propia insulina; sin embargo, esta insulina no es suficiente para satisfacer las necesidades del cuerpo o el cuerpo no responde adecuadamente a ella (lo que se conoce como resistencia a la insulina).
Esta resistencia puede variar en fuerza, por eso muchas personas con diabetes tipo 2 tienen en su tratamiento medicamentos orales y muchas otras personas necesitan inyectarse insulina. Este tipo de diabetes también se relaciona con la obesidad y con la falta de actividad física.
Hasta hace poco, la diabetes tipo 2 era poco frecuente en niños y adolescentes, pero en los últimos años se presenta en jóvenes debido, principalmente, al exceso de peso y a hábitos poco saludables. La diabetes tipo 2 representa más de 90% de todos los casos de diabetes.
Diabetes gestacional
Sólo en el embarazo
Intolerancia a la glucosa
Prediabetes
Se presenta en mujeres embarazadas y esto se debe a que durante la gestación el organismo incrementa la producción de ciertas hormonas que inhabilitan la función de la insulina. Una vez que concluye el embarazo la producción de dichas hormonas vuelve a la normalidad y generalmente la diabetes desaparece; sin embargo, la mujer que la presenta es candidata a desarrollar, en el futuro, diabetes tipo 2.
La intolerancia a la glucosa es cuando el organismo no puede utilizar correctamente la glucosa que proviene de los alimentos. Podemos decir que este estado es una etapa antes de la diabetes o también conocido como prediabetes. Aquí, la glucosa (azúcar) en sangre es más alta de lo normal, pero no tanto como para ser clasificada como diabetes.

Programa de Prevención de Diabetes (DPP, por sus siglas en inglés)

El programa de prevención de diabetes (Diabetes Prevention Program) fue un estudio clínico realizado en varias sedes para descubrir si la pérdida de peso y el aumento de actividad física además del tratamiento con fármacos orales (metformina en este caso específico) podría retrasar la aparición de diabetes tipo 2 en los participantes. Al inicio de este estudio, todos los pacientes tenían sobrepeso y niveles elevados de glucosa pero no lo suficientemente altos para ser diagnosticados con diabetes (prediabetes).

Este estudio demostró que aquellos participantes que perdieron peso de forma moderada gracias a cambios en su estilo de vida (alimentación y actividad física) redujeron de forma importante el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La toma de metformina redujo esta posibilidad aún más. Este estudio fue publicado el 7 de febrero de 2002 en New England Journal of Medicine.

Este programa analizó dos formas de prevención de diabetes

a)    Cambios en estilo de vida: alimentación saludable y actividad física
b)    Fármaco oral: metformina

Los participantes del grupo de cambios en estilo de vida realizaban actividad física durante 30 minutos 5 días a la semana y redujeron el consumo de kilocalorías y grasa. Aquellos pacientes que tomaron el medicamento recibieron educación formal sobre actividad física y alimentación. Un tercer grupo sólo recibió la información.

Los resultados demostraron que aquellos pacientes en el grupo de cambios en estilo de vida redujeron 58% las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Durante el primer año del estudio, los pacientes perdieron en promedio 15 libras. El cambio en estilo de vida fue aún más efectivo en aquellos pacientes mayores a los 60 años. Este grupo redujo el riesgo hasta 71%. Aquellos pacientes que recibieron metformina redujeron el riesgo 31%.

¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2?

En cuanto a los riesgos se refiere, se clasifican en dos. Por un lado los que se pueden modificar haciendo cambios en estilo de vida y con apoyo médico y los que no se pueden modificar entre los cuales se encuentra la genética. Aquí podrás leer sobre ellos.

Riesgos modificables 

-       Sobrepeso u obesidad.  En población mexicana IMC de 25 kg. Para calcular el índice de masa corporal es necesario realizar un sencilla operación dividiendo la masa en kilogramos (el peso) entre el cuadrado de la estatura expresada en metros (altura). Una vez obtenido el resultado se compara con una tabla definida por la organización Mundial de la Salud.

-  Hábitos de alimentación inadecuados: el consumo excesivo de algunos nutrimentos como carbohidratos (hidratos de carbono) y grasas puede dar pie a obesidad y por lo tanto se convierte en un factor de riesgo, este puede modificarse con asesoría nutricional en muchos de los casos.
-  Sedentarismo: este término se refiere a la falta de actividad física en la población. Realizar tareas cotidianas no resulta suficiente y habrá que incorporar un plan de actividad física para prevenir obesidad y por lo tanto eliminar este factor de riesgo
- Hipertensión (140 / 90 mmHg)
- Tabaquismo
- Colesterol bueno bajo (HDL -40 mg/dl)

Factores no modificables

-       La edad: el riesgo aumenta en personas mayores a los 30 años
-       Tener familiares de primer grado con diabetes (padres o hermanos).
-       Pertenecer a una población étnica con alto riesgo (mexicanos).
-       En el caso de las mujeres haber tenido diabetes gestacional  o haber tenido hijos con un peso mayor o igual a los 4.0 kg al nacer (conocido como macrosomía)
Acantosis nigricans que se refiere a pigmentación de la piel en donde hay pliegues corporales (cuello, axilas, codos)


¿Cómo se diagnostica la diabetes?
Hay tres vías para realizar el diagnóstico de diabetes
1.-  Glucosa en ayuno: el resultado deberá ser igual o mayor a 126mg/dl.
2.- Presencia de síntomas clásicos, acompañados de una glucosa en sangre a cualquier hora del día, igual o mayor a 200 mg/dl
3.- Glucosa en sangre igual o mayor a 200mg/dl dos horas después de una carga oral de glucosa (análisis clínico).

Hoy sabemos también que se puede utilizar el resultado del análisis conocido como Hemoglobina Glucosilada para el diagnóstico de diabetes.

En el artículo Hemoglobina A1c como Predictor de Incidencia de Diabetes publicado en Diciembre 2010, pudimos observar que la incidencia de diabetes aumenta de forma progresiva e importante en pacientes con resultados de HbA1c ≥5.0%, y que el riesgo es aún mayor en aquellos con resultados HbA1c 6.0–6.4%.
El diagnóstico siempre lo debe hacer el médico, quien determinará el tratamiento y dará el seguimiento para prevenir las complicaciones.
  
Síntomatología de la diabetes

  • Poliuria: orinar mucho y muy seguido. 
  • Polidipsia: tener mucha sed y beber abundantes líquidos. 
  • Polifagia: tener mucha hambre. 
  • Pérdida de peso y cansancio 
  • Piel reseca o escamosa 
  • Alteraciones visuales 
  • Infecciones frecuentes en la piel, vías urinarias o genitales 
  • Lesiones de difícil cicatrización 


Todo lo que hagamos para mantener nuestros niveles de glucosa bajo control nos aleja de complicaciones en ojos, riñones, corazón, etc. la educación en diabetes, nos ayuda a saber qué es lo que debemos hacer y cómo. Recuerda que es importante tomar una actitud positiva y adaptarse sanamente al nuevo estilo de vida.

Fuentes: