martes, 29 de octubre de 2013

Diabetes y osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad sistémica que se caracteriza por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura de los huesos, lo que supone un aumento de la fragilidad de los mismos y del riesgo de sufrir fracturas. Esta enfermedad afecta a más de 200 millones de personas a nivel mundial y se calcula que del 30 al 50% de las mujeres posmenopáusicas la padecerán.
 
Existen ciertos factores de riesgo que han sido ampliamente estudiados para desarrollar osteoporosis incluyendo: Historia personal de fracturas, antecedentes de fractura en familiares de primer grado, delgadez (con índice de Masa Corporal < 20 Kg/m2), trastornos en la conducta alimentaria, inmovilización prolongada, bajo consumo de calcio, menopausia precoz (< 40 años) o quirúrgica (< 45 años), carencia de estrógenos en la premenopausia, ingesta de corticoides u otras drogas, tabaquismo (> 10 cigarrillos diarios), trasplante de órganos y  enfermedades asociadas (incluyendo  Diabetes Mellitus entre otras).
 
Durante las últimas décadas una  gran cantidad de información ha sido acumulada para comprobar qué alteraciones metabólicas y endocrinas afectan la calidad y densidad ósea, y estos cambios a nivel esquelético aumentan el riesgo de fracturas. Existe fuerte evidencia que tanto la Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) y la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) se asocian con un riesgo incrementado de osteoporosis y fragilidad ósea. Estudios recientes indican que la diabetes por sí misma se asocia con una mayor incidencia de fracturas de cadera, húmero proximal y tobillo.
 
La densidad mineral ósea está reducida en pacientes con DM1, mientras que en los pacientes con DM2 se encuentra normal o ligeramente aumentada, sugiriendo que hay injerencia en la calidad ósea. En el caso de la DM1 el decremento de la masa ósea está asociado a la falta de los efectos osteo-anabólicos de la insulina por deficiencia de la misma, así como por la falta de factor de crecimiento semejante a la insulina tipo I (IGF-I), falta de regulación de las adiponectinas y por aumento de los niveles de citocinas inflamatorias. En el caso de la DM2 los altos niveles de insulina, la resistencia a la misma y el sobrepeso u obesidad que presentan estos pacientes resultan en un incremento en la densidad ósea, aunque cabe mencionar que la acumulación de productos finales de la glicación avanzada (AGEs) dentro del colágeno óseo producidos por la glucotoxicidad, aumentan la porosidad cortical del hueso y por lo tanto su calidad. Por otra parte, los pacientes con diabetes por las complicaciones tales como retinopatía, neuropatía periférica y episodios de hipoglucemia tienen un aumento en la incidencia de caídas, lo que favorece las fracturas.
 
Se ha reconocido que los medicamentos antidiabéticos orales afectan el metabolismo y resorción ósea. La insulina tiene un efecto anabólico sobre el hueso lo que explicaría el ligero aumento en la densidad ósea en pacientes con DM2 (por el hiperinsulinismo secundario a la resistencia a la insulina) o en pacientes en tratamiento con análogos de la insulina. La metformina favorece la formación de hueso al estimular la diferenciación de osteoblastos y los protege contra los niveles altos de glucosa.
 
Por lo tanto, es importante entender los cambios metabólicos que se presentan en pacientes con diabetes mellitus y cómo éstos afectan la densidad y calidad ósea para así poder prevenir fracturas en esta población.            
                           
BIBLIOGRAFÍA:
 
SALICA D, BUCETA A, PALACIOS S, SÁNCHEZ A, ET AL. CONSENSO IBEROAMERICANO DE OSTEOPOROSIS SIBOMM 2009. OSTEOPOROSIS: PREVENCIÓN, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO. REV ARG OSTEOL 2010; 9: 4-44.
 
VALKUSZ Z. DIABETES AND OSTEOPOROSIS. ORV HETIL. 2011 JUL 17;152(29):1161-6.
 
YAN W , LI X . IMPACT OF DIABETES AND ITS TREATMENTS ON SKELETAL DISEASES. FRONT MED. 2013 MAR;7(1):81-90.
 
SCHWARTZ AV . DIABETES MELLITUS: DOES IT AFFECT BONE? CALCIF TISSUE INT. 2003 DEC;73(6):515-9.
 
CORRESPONDENCIA
Dr. Juan Andrés Méndez García
Adscrito al Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Tláhuac.
Av. La Turba No. 655, Col. Villa Centro Americana y del Caribe.
Tel. 58501021 Ext. 76239
drjuanandresmendez@yahoo.com.mx

martes, 22 de octubre de 2013

¿Cómo perder el miedo a la diabetes?

Tengo 15 años con Diabetes tipo 1, fui diagnosticada a los 9 años de edad. Actualmente soy licenciada en psicología y educadora en diabetes. La diabetes para mí es un camino y el control de la misma es una decisión diaria. En este momento estudio una Maestría y mi mayor motivación es informar y trabajar acerca de todo lo que tenga que ver con diabetes.
 
Pero no siempre fue así, en mi caso lo más duro fue la adolescencia, justo la etapa en donde la formación de mi identidad se contraponía con mi diagnóstico de diabetes. Quería ser como todos mis amigos, sana, sin inyecciones, sin monitoreo, sin ejercicio y poder comer todo lo que quisiera. Eso pensaba a los 15 años de edad. Me sentí perdida y comenzó el duelo.
 
Un proceso de duelo se produce por la pérdida de una persona o cosa amada y conlleva síntomas físicos y emocionales. Precisa un tiempo diferente para cada persona; puede llevar meses, incluso años. Es un proceso que se divide en varias etapas: negación, ira o frustración, negociación, depresión y aceptación.
 
Es necesario y sano vivir este duelo. La mayoría de las personas que viven con diabetes se queda en la etapa de la negación, que es ignorarla o vivir simplemente como si no se tuviera nada. Es el camino más fácil, pero es un camino falso que sólo nos llevará, en poco o mucho tiempo, a las complicaciones. El tiempo varía en cada persona pero el resultado siempre es el mismo.
 
¿Cómo se pierde el miedo a la Diabetes?

Lo primero es informarse, sólo le tenemos miedo a aquello que no conocemos y no entendemos. Con la diabetes hay mucho que aprender, así que tenemos que recurrir al grupo interdisciplinario de especialistas que incluye médico, nutrióloga y educador en diabetes. No podemos ni debemos sólo guiarnos por la información o comentarios que nos brinden nuestros familiares, amigos o conocidos por más cariño que les tengamos, ya que sólo los especialistas son quienes pueden decirnos con certeza qué hacer y qué dejar de hacer. Cuando te informas tu camino se alumbra, es como poner una antorcha en un pasaje oscuro y te permite tomar tus propias decisiones de una manera correcta.
 
También está la parte emocional, la cual es muy importante complementarla con la información. Estas dos van de la mano. Si el paciente no elabora su proceso de duelo simplemente no podrá con su tratamiento. Mente y cuerpo siempre están conectados, no pueden separarse y si una parte no se encuentra bien la otra tampoco va a estarlo.
 
Yo acudí con un psicólogo que me ayudó a afrontar y elaborar mi proceso de duelo de una manera positiva y me llevó a la completa aceptación de mi diabetes. No se avergüencen de acudir con un terapeuta, todos necesitamos la orientación de un psicólogo en alguna etapa de nuestra vida y eso no significa que estamos “locos”. La locura más bien sería darnos cuenta de que algo no está bien en nosotros y no hacer nada para cambiarlo.
 
Una parte importante para perder ese miedo es también integrarte en grupos, convivir con personas con el mismo diagnóstico que tú; eso te ayuda a que te des cuenta de que no estás solo, que no eres el único, y te permite ver a la diabetes como algo natural en tu vida. Integra también a tu familia en este equipo.
 
Y recuerda, no somos “diabéticos”, somos personas que vivimos con diabetes. Tener diabetes no es lo que nos define, es sólo una característica entre las miles que tenemos.

No te limites, las limitaciones se las pone uno mismo. La diabetes es tomar decisiones diarias, y para tomar las mejores tenemos que aprender acerca de ella, aceptarla e integrarla en la vida.
 
Lic. Nora Jazmine Ortega López
Psicóloga y Educadora en Diabetes
noraortega5@hotmail.com
(044) 81 80 91 31 25 – 82 82 37 08

martes, 8 de octubre de 2013

Alimentación en insuficiencia renal crónica

Al hablar de insuficiencia renal y alimentación es posible conocer a fondo la enfermedad y, por consiguiente, la calidad, el tipo y la cantidad de alimentos que el paciente puede comer y cuáles no.

Si bien es cierto que quienes padecen insuficiencia renal deben tener ciertos cuidados y manejo de técnicas específicas para complementar su tratamiento, en especial aquellos que ya están siendo tratados con diálisis y hemodiálisis, también es importante que se les capacite respecto a sus alimentos y sepan identificarlos, pues una adecuada alimentación en conjunto con los tratamientos ya mencionados mejora la calidad de vida de los pacientes.

Para hablar de nutrición en insuficiencia renal crónica tenemos que mencionar a los electrolitos, que son sustancias químicas con funciones muy específicas dentro del organismo:

  • Potasio: Permite la entrada de energía dentro de las células y participa en la regulación de los líquidos del cuerpo; las restricciones se aplican si los valores en sangre están por arriba de lo normal. En el paciente con diabetes deben elegirse alimentos bajos en potasio pero sin riesgo de que haya hipoglucemia. 
  • Sodio: Regula el equilibrio de los líquidos al igual que el potasio, por lo que su consumo se restringe en esta enfermedad y en la hipertensión arterial; las dietas limitadas en sodio no suelen ser muy apetitosas ni agradables al paladar, por lo que esta situación puede influir en un consumo inadecuado de los alimentos. 
  • Fósforo: Participa junto con el calcio en el correcto funcionamiento de los huesos; el consumo de fósforo reducirá a la vez el consumo de calcio, pues la mayoría de los alimentos ricos en fósforo lo son también en calcio, sin embargo, esto no siempre puede aplicar pues las carnes, lácteos y embutidos son ricos en ambos electrolitos, pero son los alimentos que más se limitan. 
  • Calcio: En conjunto con la vitamina D se absorbe en el hueso para mantenerlo en estado de salud óptimo, compartiendo dicho equilibrio con el fósforo; las dietas en calcio suelen restringirse cuando éste sobrepasa los valores normales en sangre. Los lácteos y carnes son la principal fuente de calcio, pero se restringen por contener también mucho fósforo[1] . 

Ya explicado esto, ahora el paciente tiene un panorama más amplio del porque sus alimentos y/o dietas suelen ser repetitivas, incoloras, sin sabor, secas, aburridas e inapetentes. Por tal motivo agregaremos una lista por grupos de alimentos de cuáles son los que de preferencia pueda consumir que sean bajos en sodio, potasio y fósforo:

  • Cereales: Amaranto, arroz cocido, avena cocida, bolillo sin migajón, sopas cocidas, camote, papa, elote, galletas de animalito, galletas marías, tortilla de maíz, pinole. 
  • Verduras y Frutas: Betabel, ejotes, chícharos, flor de calabaza, jícama, pepino, espárragos, pera, manzana, zapote, cereza, naranja, mandarina, toronja, limón. 
  • Leguminosas: Frijol, soya, lentejas (máximo 2 veces por semana). 
  • Carnes: Pechuga de pollo y filete de pescado cocidos/asados, vísceras de res y pollo cocidas. 
  • Lácteos: Leche entera, leche de soya, yogurt natural (máximo 1-2 veces por semana). 
  • Aceites y Grasas: Aceite de maíz, soya, canola, girasol, mayonesa, queso crema, margarina, almendra, cacahuate tostados, nuez, pistache. 
  • Condimentos: Ajo y canela en polvo, jengibre, manzanilla, menta, mostaza, romero, albahaca, pimienta, vinagre, vainilla. 
  • Líquidos: Agua mineral, café sin azúcar, gelatina light (dependerá su consumo si el paciente retiene líquidos)[2] . 

Estas recomendaciones son muy generales y cada paciente tiene necesidades alimentarias específicas, por lo cual su nutriólogo y médico nefrólogo le indicarán cuales alimentos son su mejor opción en base a la etapa de su enfermedad, si ya está siendo tratado con diálisis, hemodiálisis y considerando consecuencias propias de la enfermedad.
 
Luis Gilberto Díaz Hernández
Especialidad: Diabetes, Nutrición Clínica, Nutrición Renal
E-mail: lic_n_diazg@hotmail.com
Teléfono Celular: 044-352-108-87-96

martes, 1 de octubre de 2013

¿Dónde están las vitaminas?

Siempre hemos leído acerca de los beneficios de las vitaminas. Ahora veamos rápidamente en qué alimentos podemos encontrarlas.

Las vitaminas son sustancias orgánicas indispensables para nuestra vida. Fueron descubiertas en 1912 y deben su nombre al químico polaco Casimir Funk, quien obtuvo un concentrado de amina (sustancia orgánica que contiene una molécula de nitrógeno y tres moléculas de hidrógeno), y Funk le dio el nombre de vitamina, el cual significa: amina esencial para la vida.

Las vitaminas se dividen en dos grupos: hidrosolubles y liposolubles.

Las hidrosolubles son diluidas en un medio acuoso y son eliminadas a través del sudor, la orina y las heces fecales; por lo tanto su ingestión no requiere ningún cuidado en particular.

Las liposolubles son diluidas en los lípidos, no se excretan fácilmente y sus excedentes se acumulan en el tejido adiposo.

Una alimentación balanceada provee al organismo de todas las sustancias necesarias para su buen funcionamiento. A continuación te decimos cuáles son las funciones principales y las fuentes naturales en donde puedes encontrar las vitaminas que necesitas.

Las vitaminas hidrosolubles son: 
Vitamina B1 (Tiamina) 
Esencial en el metabolismo e indispensable para la salud del sistema nervioso. Es auxiliar en la digestión y el metabolismo de los hidratos de carbono.
Fuentes: 
Levadura de cerveza, germen de trigo, salvado de trigo, cereales integrales, nueces, lácteos en general, betabeles y vegetales de hojas verdes.

Vitamina B2 (Riboflavina) 
Esencial para el crecimiento adecuado.
Fuentes:
Leche, queso, cereales integrales, levadura de cerveza, germen de trigo, semillas de girasol, almendras.

Vitamina B3 (Ácido nicotínico o Niacina) 
Es un importante factor que evita el padecimiento de la pelagra (enfermedad crónica que se manifiesta cutáneamente). Importante para el funcionamiento del sistema nervioso.
Fuentes: 
Levadura de cerveza, germen de trigo, arroz, semilla de girasol, nueces, cereales integrales, vegetales verdes.

Vitamina B5 (Ácido Pantoténico) 
Eficaz antiestrés. Estimula las glándulas adrenales (suprarrenales) y aumenta la producción de cortisona.
Fuentes:
Levadura de cerveza, germen de trigo, jalea real, cereales integrales, frijol, cacahuate.

Vitamina B6 (Piridoxina) 
Auxiliar en la asimilación de alimentos y en el metabolismo de grasas y proteínas. Regula el balance entre el sodio y el potasio en el organismo. Es indispensable para la absorción de la vitamina B12.
Fuentes: 
Levadura de cerveza, aguacate, nueces, plátanos, germen de trigo, leche, col, vegetales de hoja verde, cacahuates y zanahorias.

Biotina
Necesaria en el metabolismo de las grasas y proteínas.
Fuentes: 
Levadura de cerveza, arroz integral.

Vitamina B9 (Ácido Fólico) 
Esencial para la producción de glóbulos rojos y auxiliar en el metabolismo de las proteínas.
Fuentes:
Vegetales de hoja verde, levadura de cerveza, germen de trigo, nueces, brócoli, espárrago.

Vitamina B12 (Cianocobalamina) 
Esencial para la regeneración y producción de glóbulos rojos. Auxiliar en casos de anemia. Importante para el sano desarrollo de los niños.
Fuentes:
Leche, quesos añejos, levadura de cerveza, semilla de girasol, algas marinas, cacahuates, plátanos.

Colina 
Esencial para el metabolismo de las grasas. Ayuda a reducir los depósitos excesivos de grasa y colesterol en el hígado y las arterias.
Fuentes:
Lecitina de soya, levadura de cerveza, germen de trigo, legumbres y verduras de hojas verdes.

Vitamina C (Ácido Ascórbico) 
Es el factor antiescorbútico. Auxiliar en desordenes gastrointestinales y como antibiótico natural. Importante en los resfriados comunes. Esencial para el funcionamiento correcto de la glándula tiroides y las glándulas adrenales. Importante antioxidante.
Fuentes: 
Guayabas, fresas, jitomates y todas las frutas cítricas.

Las vitaminas liposolubles son: 

Vitamina A (Retinol) 
Fundamental en el ciclo visual. Previene enfermedades de los ojos. Es un importante nutriente de la piel.
Fuentes:
Zanahorias, melón, huevos, jitomate y chiles secos (ricos en carotenos precursores de esta vitamina).

Vitamina D (Calciferol) 
Auxiliar en la asimilación del calcio, fósforo y otros minerales. Muy importante para la correcta formación de huesos y dientes.
Fuentes:
Leche, mantequilla, germinados, champiñones, semillas de girasol.

Vitamina E (Tocoferol) 
Funciona como antioxidante. Ayuda a que las personas que viven con diabetes desechen más rápidamente la glucosa de la sangre. Brinda enormes beneficios pero no deben excederse de la dosis (principalmente si su consumo se hace mediante pastillas).
Fuentes: 
Aceite de germen de trigo, aceite de soya, germinados, nueces, cereales integrales y vegetales de hojas verdes.

Vitamina K 
Estimula en el hígado la producción de proteínas que controlan el grado de coagulación de la sangre.
Fuentes:
Coliflor, coles de Bruselas, lechugas, algas marinas, espirulina (alga), alfalfa, espinacas, tomates, papas y leche de vaca.