miércoles, 24 de julio de 2013

Diabetes en tu mascota


Por Ana Cristina Araiza Martínez

La diabetes mellitus canina y felina es una condición de vida mucho más común de lo que pensamos. Uno de cada 200 perritos viven con ella y cada año la cifra aumenta.

Todos los seres vivos necesitan energía para vivir, en el reino animal esta energía se obtiene de los alimentos que se consumen. Los canes y los felinos tienen el mismo proceso que los seres humanos en la absorción de azúcares (glucosa) y su metabolización por medio de la hormona insulina producida en el páncreas.

Los casos de diabetes que se presentan en perros, en su mayoría podrían ser descritos como diabetes tipo 1, lo que significa que las células no metabolizan la glucosa en sangre y ésta se eleva y ocasiona complicaciones.

La diabetes humana se divide en tipo 1, 2, otros tipos específicos de diabetes y diabetes gestacional. Actualmente no hay criterios internacionales para la clasificación de la diabetes canina y felina. Si los criterios establecidos para la diabetes humana se aplicaran en estas especies, al menos 50% serían clasificados dentro del grupo de diabetes tipo 1. El resto, probablemente, tienen otro tipo específico de diabetes, derivadas de una alteración pancreática o de una resistencia crónica a la insulina.

Es aquí donde surge la necesidad de una clasificación más precisa y específica en perros y gatos, por lo que los clasificaremos, para su mayor comprensión, en diabetes mellitus insulino dependiente (DMID) y diabetes mellitus no insulino dependiente (DMNID). Esta clasificación está basada en la necesidad de insulinoterapia para controlar la glucemia y evita la cetoacidosis.

¿Por qué mi mascota tiene diabetes?
La diabetes mellitus canina y felina puede ser multifactorial. Se presenta por los siguientes factores: genética, obesidad, pancreatitis, enfermedades hormonales concurrentes, insuficiencia renal, infección, fármacos, gestación, entre otras. Siendo la DMNID poco común en perros.

¿Cómo detecto la diabetes en mi mascota?
Síntomas: orinar con mucha frecuencia (poliuria), ingestión excesiva de agua (polidipsia), aumento anormal del apetito (polifagia), cansancio, somnolencia, problemas de visión como cataratas, dependiendo del tipo de diabetes podremos encontrar pérdida de peso, entre otras.

Lamentablemente muchos propietarios no identifican estos signos de manera temprana, lo que puede ocasionar en las mascotas cetoacidosis diabética.

Ante cualquier sospecha se sugiere consultar con un médico veterinario titulado encargado de realizar pruebas médicas para diagnosticar o descartar diabetes en la mascota, basándose en los síntomas clínicos que presente, la medición de la concentración sanguínea de glucosa (con medidor de glucosa) y documentación de glucosuria (glucosa en orina) con tiras reactivas.

Tratamiento de la DMID
El tratamiento que sigue al diagnóstico de diabetes insulino dependiente en un perro o gato implica la aplicación de insulina, la cual es esencial, puesto que sin ella el animal está condenado a desarreglos metabólicos que acabarían con su vida.

La cantidad de insulina inyectada dependerá, exclusivamente, de las recomendaciones del médico veterinario encargado de tu mascota, basándose en varios factores, tales como las características particulares de la diabetes de tu mascota, así como de su peso.

Dietoterapia
El plan de alimentación cumple un papel importante en el manejo satisfactorio de la mascota con diabetes. Los ajustes del plan son dirigidos a prevenir y corregir la obesidad, así como a mantener la constancia y contenido calórico de las comidas, ofreciendo un plan de alimentación bajo en glucosa.

Dos pasos básicos para prevenir diabetes son la corrección de la obesidad y el aumento de contenido fibroso en la dieta, la cual debe ser proporcionada y vigilada por el médico veterinario.

La baja ingesta de grasas y el alto contenido en fibra serán algunas de las características en las que se tendrá que basar el régimen alimenticio de las mascotas con diabetes, pero las cantidades dependerán según nos encontremos con un animal con tendencia al sobrepeso o a perder kilos.

El equilibrio de los nutrientes es un requisito indispensable para mantener la salud de nuestra mascota; por lo que no se recomienda la preparación de dietas caseras en las que es complicado medir sus aportes.

En los preparados industriales se indica la fórmula de su composición con su cuadro nutrimental, en donde podemos conocer la cantidad de proteínas, vitaminas y calorías.

Algo muy importante es no automedicar. Las complicaciones de la diabetes canina y felina aumentan cuando recurrimos a terapias de uso humano. Cabe destacar, que la insulina de uso humano en origen y cantidad no es la misma que se utiliza en medicina veterinaria.


Recordemos que el éxito en el control de la diabetes mellitus en tu mascota se puede conseguir con una insulinoterapia adecuada + dieta +actividad física + prevención de procesos concurrentes teniendo como resultado: bienestar y calidad de vida para tu mascota.

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