Por Ana Cristina Araiza
Martínez
La diabetes mellitus canina y felina es
una condición de vida mucho más común de lo que pensamos. Uno de cada 200
perritos viven con ella y cada año la cifra aumenta.
Todos los seres vivos necesitan energía
para vivir, en el reino animal esta energía se obtiene de los alimentos que se
consumen. Los canes y los felinos tienen el mismo proceso que los seres humanos
en la absorción de azúcares (glucosa) y su metabolización por medio de la
hormona insulina producida en el páncreas.
Los casos de diabetes que se presentan en
perros, en su mayoría podrían ser descritos como diabetes tipo 1, lo que
significa que las células no metabolizan la glucosa en sangre y ésta se eleva y
ocasiona complicaciones.
La diabetes humana se divide en tipo 1,
2, otros tipos específicos de diabetes y diabetes gestacional. Actualmente no
hay criterios internacionales para la clasificación de la diabetes canina y
felina. Si los criterios establecidos para la diabetes humana se aplicaran en
estas especies, al menos 50% serían clasificados dentro del grupo de diabetes
tipo 1. El resto, probablemente, tienen otro tipo específico de diabetes,
derivadas de una alteración pancreática o de una resistencia crónica a la insulina.
Es aquí donde surge la necesidad de una
clasificación más precisa y específica en perros y gatos, por lo que los
clasificaremos, para su mayor comprensión, en diabetes mellitus insulino
dependiente (DMID) y diabetes mellitus no insulino dependiente (DMNID). Esta
clasificación está basada en la necesidad de insulinoterapia para controlar la
glucemia y evita la cetoacidosis.
¿Por
qué mi mascota tiene diabetes?
La diabetes mellitus canina y felina
puede ser multifactorial. Se presenta por los siguientes factores: genética,
obesidad, pancreatitis, enfermedades hormonales concurrentes, insuficiencia
renal, infección, fármacos, gestación, entre otras. Siendo la DMNID poco común
en perros.
¿Cómo
detecto la diabetes en mi mascota?
Síntomas: orinar con mucha frecuencia
(poliuria), ingestión excesiva de agua (polidipsia), aumento anormal del
apetito (polifagia), cansancio, somnolencia, problemas de visión como
cataratas, dependiendo del tipo de diabetes podremos encontrar pérdida de peso,
entre otras.
Lamentablemente muchos propietarios no
identifican estos signos de manera temprana, lo que puede ocasionar en las
mascotas cetoacidosis diabética.
Ante cualquier sospecha se sugiere
consultar con un médico veterinario titulado encargado de realizar pruebas
médicas para diagnosticar o descartar diabetes en la mascota, basándose en los
síntomas clínicos que presente, la medición de la concentración sanguínea de
glucosa (con medidor de glucosa) y documentación de glucosuria (glucosa en
orina) con tiras reactivas.
Tratamiento
de la DMID
El tratamiento que sigue al diagnóstico
de diabetes insulino dependiente en un perro o gato implica la aplicación de
insulina, la cual es esencial, puesto que sin ella el animal está condenado a
desarreglos metabólicos que acabarían con su vida.
La cantidad de insulina inyectada
dependerá, exclusivamente, de las recomendaciones del médico veterinario
encargado de tu mascota, basándose en varios factores, tales como las
características particulares de la diabetes de tu mascota, así como de su peso.
Dietoterapia
El plan de alimentación cumple un papel
importante en el manejo satisfactorio de la mascota con diabetes. Los ajustes
del plan son dirigidos a prevenir y corregir la obesidad, así como a mantener
la constancia y contenido calórico de las comidas, ofreciendo un plan de
alimentación bajo en glucosa.
Dos pasos básicos para prevenir diabetes
son la corrección de la obesidad y el aumento de contenido fibroso en la dieta,
la cual debe ser proporcionada y vigilada por el médico veterinario.
La baja ingesta de grasas y el alto
contenido en fibra serán algunas de las características en las que se tendrá
que basar el régimen alimenticio de las mascotas con diabetes, pero las
cantidades dependerán según nos encontremos con un animal con tendencia al
sobrepeso o a perder kilos.
El equilibrio de los nutrientes es un
requisito indispensable para mantener la salud de nuestra mascota; por lo que
no se recomienda la preparación de dietas caseras en las que es complicado
medir sus aportes.
En los preparados industriales se indica
la fórmula de su composición con su cuadro nutrimental, en donde podemos
conocer la cantidad de proteínas, vitaminas y calorías.
Algo muy importante es no automedicar.
Las complicaciones de la diabetes canina y felina aumentan cuando recurrimos a
terapias de uso humano. Cabe destacar, que la insulina de uso humano en origen
y cantidad no es la misma que se utiliza en medicina veterinaria.
Recordemos que el éxito en el control de
la diabetes mellitus en tu mascota se puede conseguir con una insulinoterapia
adecuada + dieta +actividad física + prevención de procesos concurrentes
teniendo como resultado: bienestar y calidad de vida para tu mascota.
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