Lo que un hombre y una mujer deberían saber sobre salud sexual y diabetes
Disfunción eréctil es el término médico que se utiliza para designar la impotencia sexual, misma que es definida como la incapacidad persistente para lograr y/o mantener una erección suficiente para alcanzar una actividad sexual satisfactoria.
Si usted sabe o sospecha que padece de disfunción eréctil, es importante que se dé cuenta que no está solo. Existen muchas posibilidades de que alguien que usted conoce, en la oficina, en su vecindario, o aún en su propia familia, sufra de disfunción eréctil (DE).
De acuerdo con un estudio efectuado en Estados Unidos, la DE afecta al 52% de los hombres con edades entre los 40 y los 70 años. Se considera que, en dicho país, cerca de 30 millones de individuos del sexo masculino presentan esta condición patológica. Desafortunadamente, existen algunos mitos relacionados con la DE que impiden que los hombres traten este tema con sus médicos.
Veamos ahora algunos de estos mitos y realidades:
Mito No.1: Todo está en la mente
Muchos hombres piensan en forma equivocada que la DE es causada por problemas psicológicos, creencia que puede impedir que acudan en busca de tratamiento médico. En algunos casos, los factores psicológicos pueden ser importantes, sin embargo, la mayoría de los casos de DE se encuentran asociados con padecimientos físicos, incluyendo:
•Problemas médicos que afectan los vasos sanguíneos y limitan el flujo de sangre hacia el pene, tales como
diabetes, enfermedades del corazón, presión arterial elevada o el nivel de colesterol alto.
•Enfermedades que interrumpen la conexión entre el sistema nervioso central y el pene, como la cirugía radical de próstata o alguna lesión traumática.
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Depresión.
•Algunos medicamentos (incluyendo aquellos que se usan para el tratamiento de artritis, presión arterial elevada y depresión) pueden causar DE como un efecto colateral no deseado.
Los siguientes factores de riesgo, relacionados con el estilo de vida, también pueden desempeñar un papel preponderante:
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Tabaquismo
•Abuso de alcohol o de drogas
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Estrés
Mito No. 2: Es parte del proceso de la edad
Algunos hombres asumen, incorrectamente, que los problemas en la erección son consecuencia natural del proceso de la edad. A decir verdad, se observa una prevalencia más elevada de disfunción eréctil en los varones de edad avanzada. Sin embargo, esto es debido a que existen más probabilidades de que los hombres en este grupo de edad, utilizan una mayor cantidad de medicamentos que pueden afectar la función eréctil.
A medida que los hombres envejecen, se esperan algunos cambios en su vida sexual. Por ejemplo, puede tomar un poco más de tiempo lograr una erección, o bien pueden requerir de más estímulo físico directo. Estas situaciones son consideradas como ajustes normales. No obstante, la DE no es un resultado inevitable del proceso de envejecimiento. La sexualidad no tiene fecha de vencimiento.
Mito No. 3: No hay nada que se pueda hacer
La DE es altamente susceptible de tratamiento. Para algunos varones con este padecimiento, la mejoría de la función eréctil puede involucrar un simple cambio de medicamentos. Pero únicamente su médico podrá tomar esta decisión. Para otros hombres, las opciones para un tratamiento eficaz pueden incluir lo siguiente:
•Asesoría médica.
•Actualmente, medicamentos orales de probada eficacia y que están disponibles incluso en los Estados Unidos.
•Dispositivos tipo bombas de vacío.
•Fármacos para inyección directa en el pene.
•Medicamentos que se introducen en el pene.
•Medicamentos que se introducen en la uretra.
•Prótesis en el pene por medio de cirugía.
Proceso de la erección
En épocas pasadas, algunos hombres que se decidían a buscar ayuda médica, encontraban que las opciones de tratamiento disponibles eran escasas, demasiado mecánicas, poco naturales o muy degradantes como para utilizarse frente a sus compañeras sexuales.
Es de gran utilidad conocer, en primer lugar, cómo se lleva a cabo el mecanismo de la erección.
Sin estímulo sexual, el organismo restringe el flujo sanguíneo al interior del pene. Esto lo mantiene en estado flácido (no erecto).
Cuando un hombre es excitado sexualmente, las arterias del pene se relajan y dilatan, permitiendo así un aumento del flujo sanguíneo hacia el mismo. A medida que éste se expande y erecta, las venas que extraen la sangre del pene se comprimen. Esto restringe la cantidad de sangre que puede salir del órgano. Debido a que es mayor la cantidad de sangre que entra y menor la cantidad de sangre que sale, el pene crece de tamaño, produciéndose la erección.
Si los nervios o vasos sanguíneos relacionados con este proceso no funcionan adecuadamente, el hombre puede no ser capaz de lograr una erección.
¿Cómo puedo saber si hay tratamiento para mi problema?
Usted tiene que acudir a su médico para averiguar la naturaleza de su padecimiento.
“Con algunos tratamientos me preocupaba que el sexo pudiera parecer torpe y poco natural. Pero si hay algo que sea fácil de usar; no doloroso, accesible cuando se necesita y que funcione en forma eficaz y natural, entonces me sentiré muy satisfecho.”
Con las nuevas opciones terapéuticas, los médicos (influyendo a su doctor familiar), le pueden facilitar el tratamiento de la impotencia sexual. O bien, usted puede optar por ver a un urólogo, que es el especialista con experiencia para tratar la DE.
¿Cómo se diagnostica la disfunción eréctil?
Para valorar la disfunción eréctil, habitualmente el médico elabora una historia clínica y lleva a cabo un examen físico del paciente para detectar si existen otros padecimientos en forma simultánea.
Como parte de la historia clínica, es probable que el médico formule preguntas sobre:
•Padecimientos que usted o los miembros de su familia hayan tenido (incluyendo presión arterial elevada, enfermedades cardiacas, padecimientos vasculares, diabetes o insuficiencia renal).
•Cirugía o lesiones en la región pélvica.
•Medicamentos.
•Estilo de vida (consumo de alcohol, tabaquismo, nivel de estrés).
•Relación con su pareja.
Aun cuando el origen de la mayoría de los casos de DE radica en un padecimiento médico, el problema puede causar un impacto verdaderamente dramático en la vida emocional de una pareja. No es raro que los hombres se sientan deprimidos a causa de la DE.
Es posible que el hombre evite hablar sobre su condición.
También es probable evitar las situaciones involucradas con el sexo o aquellas en las que pueda existir cercanía física de cualquier tipo, ya que temen no ser capaces de terminar lo que iniciaron.
A sus parejas también se les puede dificultar hablar sobre los problemas de erección. Pueden sentir que ellas son las culpables, que ya no son deseables o atractivas. O tal vez temen que si hablan sobre este tema, pueden hacer que alguien importante para ellas se sienta enojado o avergonzado.
Lo fundamental es pensar; a pesar de los difícil que pueda resultar hablar sobre la DE, solo la comunicación franca y abierta entre la pareja puede evitar malos entendidos que agraven el problema.
Si usted es un hombre que padece DE, tal vez encuentre útil compartir esta información con su pareja. Le ayudará a aclarar algunos de los mitos relacionados con la disfunción eréctil que pudieran estar interfiriendo con su relación. Además, puede ayudarlos a trabajar juntos para volver a dar a sus vidas una sensación de intimidad.
Si usted es la pareja de un hombre que padece DE, tal vez sea usted quien deba dar el primer paso. Con frecuencia, los hombres con DE se muestran dispuestos a probar las opciones de tratamiento que sus parejas les sugieren. Usted puede tomar la iniciativa, compartiendo esta información a su pareja.
Una mayor comprensión sobre la DE, así como el conocimiento de que se cuenta con un cómodo tratamiento oral puede ayudar a ambos a consultar a su médico y dejar la preocupación de la DE como cosa del pasado. Un sencillo paso que lo conducirá a una respuesta natural.
Si usted sabe o sospecha que padece de disfunción eréctil recuerde que:
•Usted no está solo. Hasta un 52% de hombres entre 40 y 70 años de edad presenta algún grado de disfunción eréctil.
•La mayoría de los casos de disfunción eréctil están asociados con padecimientos médicos susceptibles de tratamiento.
No hay razón alguna para renunciar a una vida sexual satisfactoria cuando existe una solución sencilla y de acción natural para la disfunción eréctil. Consulte a su médico.
Algunas preguntas sobre la DE
Su salud sexual es un factor muy importante del bienestar general físico y emocional. La disfunción eréctil constituye una de las quejas sexuales más frecuentes. Actualmente existen varias y muy distintas opciones de tratamiento.
Las siguientes preguntas pueden ayudar tanto a usted como su médico a establecer el diagnóstico del problema. También pueden ayudar a usted y a su médico a hablar sobre las opciones potenciales de tratamiento.
Elija la respuesta que describa mejor su propia situación durante los últimos seis meses:
1. ¿Tiene confianza en que siempre puede lograr y mantener una erección?
SI NO
2. Cuando tiene una erección ¿Es ésta siempre lo suficientemente rígida como para poder penetrar a su pareja?
SI NO
3. ¿Puede usted mantener siempre su erección hasta la consumación de su actividad/relación sexual?
SI NO
4. ¿Se siente plenamente satisfecho con su capacidad para lograr y mantener la erección?
SI NO
Si contestó “no” a cualquiera de estas preguntas, posiblemente tenga algún grado de disfunción eréctil. Su médico puede recomendarle algunas opciones de tratamiento, de acuerdo a su estado clínico y preferencia.
Fuente: Wyett y Federación Mexicana de Diabetes.