martes, 10 de julio de 2012

Debut sin despedida


¿Tú hijo acaba de debutar en diabetes? No te despidas de una buena calidad de vida y apóyalo desde ahora con las siguientes recomendaciones.

Por Dr. Marco Villalvazo Molho
Nutrición clínica y terapéutica en obesidad.
Educador en Diabetes certificado

Llegó a la familia

Imagina que conduces tu auto en una transitada carretera; es una noche lluviosa de viernes, te diriges a tu casa después de un día de trabajo y dispuesto a disfrutar con tus seres amados todo el fin de semana. 

De repente sientes que el volante del auto no te responde: lo mueves para uno y otro lado y sigue de frente sin obedecerte. ¿Qué sensaciones de miedo, incertidumbre y angustia te invadirían al perder el control de tu vehículo? Ahora imagina la misma escena, pero en lugar de que te falle el volante del auto, te llaman por teléfono para decirte que tu pequeño hijo tiene diabetes. Piensa en ese momento con todas sus emociones.

“Apenas ayer, mi vida y la de mi familia era todo tranquilidad, pero hoy me dicen, así nada más, que mi hijo de cinco años tiene una enfermedad incurable. Estoy destrozado. No es justo, ¿qué voy a hacer?, pobrecito, ¿qué va a ser de su vida?, todo se acabó. ¿Es posible que el diagnóstico esté equivocado?...”

Estas palabras se dicen una y otra vez los padres de un niño o adolescente recién diagnosticado con diabetes tipo 1. 
Es el debut en sociedad de una familia con diabetes, pues el nuevo paciente generará cambios importantes en la dinámica familiar y de estos cambios depende en gran medida el buen control. 

A partir de ahora, la familia deberá…
Respetar los horarios de los alimentos.
Modificar el tipo de alimentos comprados en el supermercado.
Enseñar pacientemente el uso del monitor de glucosa.
Aprender cómo tratar una baja de glucosa o hipoglucemia.
Asistir con él a consulta médica, con el licenciado en nutrición o con el educador en diabetes.
Brindar su apoyo con amor, pero no consentirlo más que a otro miembro de la familia.
Darle libertad, pero siempre supervisarlo.
Dejar de preocuparse por el futuro y actuar hoy.

¿El fin del mundo?

Ante el debut, los pacientes –por lo general niños o adolescentes– tienen poca o ninguna experiencia en esta condición de vida, por lo que no saben de entrada qué sucede y sufren al ver la gran angustia y ansiedad de sus padres, los cuales llevan la carga emocional más importante, ya que experimentan: 

·         Dudas sobre un diagnóstico acertado.
·         Angustia sobre el futuro de su hijo.
·         Culpa por pensar que hicieron algo incorrecto.
·         La ansiedad por los cambios en las rutinas de vida.
·         Incertidumbre sobre la capacidad para realizar los cambios necesarios.
·         Agobio económico por los gastos no planeados.
·         Comentarios, a veces poco favorables, de familiares y amigos.
·         Desesperanza al sentir lo injusto de la vida.

Esta nueva realidad provoca en el joven con diabetes, y sobre todo en sus padres, miedos y dudas acompañados por sentimientos que van desde una ligera ansiedad hasta una profunda depresión, pasando por compasión, angustia, tristeza, rabia, incertidumbre, etc., según la percepción de cada quien. Sin duda, la vida del niño o adolescente y su familia no será igual después del diagnóstico.

En circunstancias ideales, la información adecuada va fluyendo poco a poco y la calma llega. El camino emprendido desde el debut de la diabetes es sin duda largo, difícil y doloroso, pero necesario para aceptar esta nueva realidad en la vida familiar. Esto permite implementar los cambios necesarios para lograr lo más pronto posible un buen control, evitando o retrasando así que las complicaciones agudas y crónicas se presenten;  además de permitir el crecimiento y desarrollo normal del enfermo. 

Al final del debut, la diabetes toma su justa dimensión, no es algo sin importancia, pero tampoco es el fin del mundo.

Como padre, debes:
1
Saber de qué tipo de diabetes se trata.
2
Informar personalmente a sus maestros en la escuela sobre la nueva realidad.
3
Poner al tanto a sus amigos para que ofrezcan su apoyo.
4
Perder el miedo a la insulina.
5
Conocer cuáles son los tipos de alimentos más convenientes y, sobre todo, los hidratos de carbono, ya que estos elevan con mayor rapidez la glucosa en sangre.
6
Buscar apoyo en tu médico, educador en diabetes, asociaciones, etc.
7
Participar en grupos de padres que ya pasaron por este debut.
8
Aprender sobre las herramientas para el control.
9
Saber cuáles son los niveles normales de glucosa.
Información de sobrevivencia
10
Conocer y reconocer las complicaciones agudas.
11
Volverse experto en el monitoreo de glucosa.
12
Saber qué hacer en caso de hipoglucemia (bajo nivel de glucosa).
13
Tratarlo como a los demás hijos.
14
Procurar que los nuevos hábitos de vida y alimentación sean para toda la familia.
15
Ser el apoyo fundamental de tu hijo.
16
Vivir con esperanza. No permitir que esta nueva realidad les impida a ti y a tu familia disfrutar plenamente cada momento de la vida.

Iniciados en diabetes

Preguntas frecuentes

“¿Por qué yo?”

A diferencia de la diabetes tipo 2, la diabetes tipo 1 no se desencadena por comer muchos dulces o azúcar, por tener sobrepeso u obesidad o por no hacer ejercicio. No tiene que ver con tu estilo de vida o el de tu familia. Aún no se sabe a ciencia cierta la causa de esta enfermedad.

“¿Podré tener hijos?, ¿ir a la escuela?, ¿jugar futbol?, ¿comer lo que me gusta?, etc.”

Tomando las precauciones necesarias y con la asesoría adecuada se podrá y deberá llevar una vida como la de cualquier persona sana.

“¿Cuál es el tratamiento más conveniente?”

El tratamiento te lo dará tu médico apoyado en tu educador en diabetes y licenciado en nutrición. Consiste en inyecciones de insulina (nada dolorosas) y una alimentación adecuada. Pero sin duda recibir educación en diabetes les permitirá a ti y a tu familia tomar decisiones informadas. La educación terapéutica los ayudará a que mejoren sus actitudes hacia la diabetes y desarrollen sus habilidades de automonitoreo, aplicación de insulina, etc. Esto ayudará a alcanzar un buen control glucémico y metabólico, y el respectivo retraso de las complicaciones.

“¿Qué debo aprender?”

 Cómo aplicar la insulina y su frecuencia.
Medición de niveles de glucosa y uso de sus resultados.
Sobre tipo, cantidad y horarios de los alimentos.
Aspectos a revisar antes, durante y después de practicar deporte.
Cómo vivir plenamente con nuestra nueva compañera de vida.

“¿Se cura la diabetes?”

No, la diabetes no se cura, pero existen los conocimientos necesarios sobre la enfermedad y las medicinas para mantenerla bajo control. En el mundo, se están desarrollando interesantes investigaciones que nos dan esperanza en torno a la cura; lo mejor de todo es que si ésta llega en un futuro cercano, tú estarás en condiciones excelentes para aprovecharla.

“¿Se contagia?”

No, la diabetes no tiene ninguna forma de contagio.

“¿Podré ir a la escuela?”

Claro que sí, tener diabetes tipo 1 no debe impedir ninguna actividad. Tendrás que convertirte junto con tu familia en unos expertos en el control de la diabetes para que enseñen a tus profesores o compañeros qué hacer ante determinadas complicaciones.

“¿Son mis padres culpables?”

No es culpa de nadie. La diabetes tipo 1 no es prevenible de ninguna forma. Ayúdalos a que no se sientan culpables y que dejen ir lo antes posible ese sentimiento que corroe el alma.

“¿Qué es luna de miel?”

Es un periodo transitorio de remisión de la hiperglucemia: es cuando después del diagnóstico de la enfermedad, los niveles de glucosa vuelven por sí solos a lo normal. Puede suceder de uno a tres meses después del diagnóstico y durar hasta dos años, volviendo después a presentarse.

Referencias

Villalvazo Molho (2005). Como un rayo que te parte el alma (El duelo en la diabetes). Revista Diabetes Hoy. No. 14, marzo-abril. Págs. 32 a 37.

 Lectura recomendada

Dupeirón, Odin. (2005)Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado., Edit. Diana, México.

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