jueves, 13 de junio de 2013

Fuerza de voluntad, ¿Dónde la consigo?

Por L.N., E.D. Fabiola Navarro S.

Además de los beneficios para tu salud, el ejercicio  también tiene efectos positivos en tu estabilidad emocional, integrarlo a tu vida precisa de fuerza de voluntad, aquí unos consejos.

¿Por qué necesitas hacer ejercicio?

Vamos a empezar por ahí. Todos sabemos que el ejercicio aporta a la salud incontables beneficios físicos y emocionales. Movimientos rutinarios que tienen frecuencia, duración e intensidad te darán mayor resistencia, fortaleza muscular y flexibilidad, al tiempo que te permitirán disminuir el estrés y relajarte.

La pregunta ahora es, ¿qué te gusta hacer? Y no estoy hablando sólo de ejercicio, cuál es tu pasión en la vida, para algunos es la música, la pintura o escribir. Así puede ser tu rutina de ejercicio, buscar una actividad que te guste y disfrutes, empieza anotando lo que quieres conseguir y dale seguimiento. No olvides que toda pasión empieza desde cero y tiene metas a corto y largo plazo.

Imagina  que estás en casa, es una tarde calurosa con un viento fresco, te pones tenis, una gorra y sales a esa plaza o jardín que están cerca de tu casa. Caminas, pasas tiempo contigo mismo, te relajas, haces algunos ejercicios de estiramiento y regresas a casa, tomas agua y anotas en un calendario una carita feliz, esa será tu marca para saber cuántos días felices (de ejercicio) llevas al mes. Tú mismo establece cuántas caritas felices quieres en el calendario y dirige tu fuerza de voluntad hacia ese objetivo. 

Recuerda que la fuerza de voluntad no es sacrificarte, no es sufrir para lograr tus objetivos, todo esfuerzo debe tener su recompensa. Elige un premio si completas tu misión, sabemos que el mejor premio es la salud y bienestar en general, pero un regalo material ayuda a alimentar la motivación. Regálate algo, unos aretes, un perfume, un libro o el nuevo disco de tu cantante favorito.

Este es sólo un ejemplo de cómo puedes incorporar a tu vida el ejercicio (o la actividad física), mismo que también puedes practicar en casa con rutinas sencillas y cortas, desde sentadillas o movimientos de flexibilidad. Establece en tu calendario los días de la semana que dedicarás a ejercitarte, acondiciona un lugar a tu gusto -puede ser tu patio, jardín o algún cuarto especial- con velas, inciensos, música de relajación, una alfombra, cojines de varios colores, incluso una fuente para que el sonido del agua te arrulle.

Me gustaría que en unas semanas escribieras y describieras cuál fue tu motivación, el motor de tu fuerza de voluntad para empezar a realizar ejercicio, todos los comentarios nos ayudan a enriquecer nuestras vidas.
Termino con una frase que me gusta compartir de Confucio: “Cuando el camino te parezca difícil, no cambies de objetivo, buscan un nuevo camino para llegar a él”.










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